Europa dice adiós a la cultura del “usar y tirar”

Derecho a reparar: Europa dice adiós a la cultura del “usar y tirar”

Hubo un tiempo en el que el usar y tirar estaba de moda: cámaras de fotos e incluso móviles de uso temporal se apoderaron de nosotros. A día de hoy, esa cultura sigue presente a nuestro alrededor, aunque muchos de sus usuarios ni siquiera son conscientes de ello. Lo vemos en envases, en prendas de vestir, y sigue siendo un tema preocupante a la hora de hablar de tecnología. Aparatos móviles, tablets, ordenadores… Año tras año, surgen nuevos modelos que reemplazan los anteriores, incitando a los consumidores del trending topic a deshacerse de aparatos en plena vida útil para adquirir lo último en el mercado. Todo ello, sumado a la obsolescencia programada, hacen que la cultura del consumo y la del usar y tirar se nutran la una a la otra, fusionándose y convirtiéndose en el peor enemigo de la sostenibilidad

Se calcula que alrededor de 50 millones de toneladas de aparatos electrónicos son desechados cada año, según datos del Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas. De todos ellos, tan solo un 20 % son reciclados, pero todo ello está apunto de cambiar. La Comisión Europea acaba de declarar el fin de los desechos electrónicos, fomentando la reparación de electrodomésticos, móviles y tablets de forma sistemática, con el objetivo de potenciar la economía circular en toda la UE.

En qué consiste la nueva normativa del derecho a reparar

Los electrodomésticos y aparatos electrónicos estarán obligados a garantizar el derecho a reparación durante al menos 10 años, según los primeros borradores propuestos por la Comisión Europea. Además, parte de esta lucha se enfoca a acabar con la obsolescencia programada de muchos productos de esta índole, obligando también a las empresas a incluir etiquetas en sus productos que faciliten información sobre su reparación.

La normativa toma como ejemplo el modelo que Francia puso en marcha el pasado 2020 con el objetivo de impulsar el índice de reparación, algo que ha demostrado su efectividad en los últimos años.

Cómo afectará esta normativa a los teléfonos móviles

Otras de las cuestiones que deberán tener en cuenta los fabricantes de teléfonos móviles incluyen aumentar la robustez de sus aparatos para una mayor resistencia a las caídas, así como garantizar una mayor durabilidad de sus baterías, proporcionando los repuestos necesarios durante un mínimo de 5 años.

Los usuarios también deberán contar con la posibilidad de donar sus dispositivos a centros de reciclaje y reutilización, reduciendo así el número de residuos tecnológicos y su consecuente contaminación, y suponiendo una nueva fuente de materia prima mucho más sostenible.

Por ahora, habrá que esperar a que acaben de perfilar los últimos borradores antes de poder ver todo esto en marcha. Desde Grupo de Blas, les mantendremos informados de las últimas novedades acerca de esta nueva y prometedora normativa.